Shadow, desesperado, corrió fuera de la Cornucopia en vez de aventurarse en el Baño de Sangre. Cuando no podía contener más el aliento, se sentó en la tierra árida y comenzó a observar la zona. Era un lugar rocoso y parecía desierto, pero no podía confiarse demasiado. No tenía provisiones, y el lugar parecía no tener nada útil cerca, aunque al menos vislumbró algunas cuevas en donde podía pasar la noche. Cuando se recuperó un poco, se levantó y se introdujo en una de las cuevas mas cercanas.
- Guau - Dijo con emoción y terror al entrar en la cueva. Esta era algo pequeña, pero su oscuridad le permitiría esconderse de forma majestuosa. Tomó unos pastos que crecían donde la luz daba un poco y se armó una muy sencilla almohada con ellas. Se sentó allí y comenzó a pensar en todo lo que sucedió desde la cosecha hasta este momento.
Cuando la luz desaparecía, se recostó en su simple almohada y, luego de mucho tiempo, concilió el sueño. Pero sus pesadillas no lo abandonaron hasta el amanecer, cuando despertó.